En psicología, los acontecimientos vitales críticos son situaciones incisivas y estresantes en la vida de las personas. Estos acontecimientos vitales críticos suelen estar asociados a fuertes sentimientos negativos como el miedo, la pena, la pérdida y la desesperación, y estos acontecimientos pueden cambiar significativamente la situación vital de la persona afectada.
Ejemplos de estos acontecimientos críticos son la muerte de una persona cercana, el divorcio, un accidente, una enfermedad grave, un cambio de residencia o de trabajo, una condena de prisión o incluso los malos tratos. Pero también, los asesinatos, los atropellos, las catástrofes naturales o las guerras. En el caso de los niños, la enfermedad (mental) de uno de los padres, la pérdida o la ausencia de uno o ambos progenitores también influyen.
Los acontecimientos vitales críticos pueden desencadenar enfermedades mentales (por ejemplo, TEPT, depresión).
El duelo es un proceso normal de afrontamiento. Se habla de trastorno mental cuando este proceso dura más de 6 meses. Si después de 6 meses la persona en duelo no ha aceptado la pérdida y no ha integrado la muerte en la vida, hablamos de duelo patológico.